Introducción:
Los primeros datos de competiciones se remontan a la antigua
Grecia, donde en las costas del Peloponeso y en las islas Eólicas se hacían
concursos de saltos. También en la civilización cretense se han hallado
vestigios que muestran ejercicios y competiciones de figuras de saltos al mar.
Los Saltos de trampolín, influidos por el desarrollo de la
gimnasia, se iniciaron en Europa a finales del Siglo XIX, y fueron incluidos,
por primera vez como categoría olímpica, en modalidad masculina, en los Juegos
de St. Louis de 1904. Sólo constaban de pruebas de "variedad" y
"normales". En el apartado femenino el debut se produce en los Juegos
de Estocolmo 1912.
Por otro lado, los saltos sincronizados fueron presentados
oficialmente durante la Copa del Mundo de 1995, y como prueba olímpica en los
Juegos de Sydney de 2000.
Sin duda es uno de los deportes más bellos ya que combina
altas dosis de precisión y estética. Sin embargo, conlleva ciertos riesgos que
se minorizan con diferentes medidas de seguridad y la necesidad de un control
total de movimientos por parte de los saltadores.
Los saltos ornamentales,
también llamados clavados, son una disciplina minoritaria debido a varios
factores. Entre los más importantes están el escaso o nulo número de
instalaciones especializadas (al menos en España), su elevado coste de
construcción y el desinterés tanto de la administración pública deportiva como
de los medios de comunicación.
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